Uso didáctico de Bubbl.us
- Para presentar el tema y realizar una explicación detallada a través de las preposiciones formadas en en el mapa.
- Para evaluar en el aula, através de mapas incompletos o pedirle a los estudiantes que organicen y elaboren su propio mapa conceptual a partir de un tema dado.
Mapa conceptual elaborado con bubbl.us : ( clic en la imagen para agrandar)
Texto usado para elaborar el mapa conceptual:
Fuentes
de la Historia
Si hacemos una comparación entre la
cantidad de pueblos que han dejado una memoria
escrita en el pasado, con el número de pueblos que ni siquiera conocían un
método de escritura (pueblos ágrafos), nos daremos
cuenta de que los primeros son una minoría bastante pequeña. Sin embargo,
eso no ha impedido que los historiadores hayan logrado indagar como vivían esos
pueblos, cuáles eran sus creencias, y de que manera se organizaban para obtener
el sustento ¿Cómo se allegan los historiadores esos datos? ¿de qué medios se
han valido para sacar a la luz esa información? los investigadores del pasado
humano, remoto y reciente, acuden a las fuentes de la historia que
listamos a continuación.
a) Documentos escritos.- Todas aquellas inscripciones que el
hombre a dejado en diversos materiales
como trazos en piedra, madera, ladrillo, metales, telas y manuscritos.
b) Restos humanos.- Fragmentos de huesos humanos y aun
de antepasados del hombre que sirven para conocer el grado de desarrollo físico
del hombre a lo largo de las diferentes etapas de su existencia.
c) Tradiciones orales.- El conjunto de leyendas, relatos,
cuentos, mitos, fábulas, cantos que han pasado de padres a hijos a través de
innumerables generaciones.
d) Restos materiales.- Tumbas, monumentos, palacios,
instrumentos de trabajo y todo aquello que el hombre ha construido; restos que
nos permiten conocer objetivamente el grado de adelanto cultural, económico y
social de nuestros antepasados.
Se considera fuente de la Historia, todo lo que nos
ha llegado del pasado y que, en consecuencia, sirve al historiador para
reconstruir, comprender e interpretar ese mismo pasado. G. Bauer agrupa las
fuentes según los distintos campos de la realidad física natural que rodea al
hombre y de acuerdo con las facultades humanas de que proceden, de la siguiente
manera: hechos geográficos (clima, situación concreta del paisaje natural
habitado por el pueblo o sociedad que se considera), que se exteriorizan en
unas formas de asentamiento determinadas y con unos límites precisos; hechos
corporales (constitución corporal y demás características físicas), que se
manifiestan en los restos de. cadáveres de las necrópolis y enterramientos
individuales o colectivos, principalmente; hechos de la vida práctica
(técnicas, formas económicas), que se conocen por medio de los utensilios,
vestidos, armas, monedas, joyas, etc., hechos del orden volitivo (moral,
costumbres, derecho, opinión pública, religión), expresados en los usos
sociales, fiestas, instituciones, leyes, cultos, dogmas, etc.; y hechos de las
facultades intelectuales (ciencia, arte), expresados en el lenguaje y la
escritura, en las representaciones plásticas, etc.
Según su modo de transmisión, las
fuentes pueden dividirse en literarias en amplio sentido, es decir, las
transmitidas por escrito (historias y crónicas, biografías y memorias, textos
jurídicos, cartas, documentos, libros de cuentas, escritos científicos, libelos
y hojas de todo género), y arqueológicas, que serían todas las demás (mapas y
planos, cuadros, vestidos y armas, utensilios de todo género, monedas,
carteles, fotografías y las últimas que hacen posibles las grabaciones en disco
y cinta magnetofónica, las películas cinematográficas, etc.). Atendiendo a otro
punto de vista, se han dividido las fuentes en dos grandes grupos, según que
deban su origen a la intención de servir al conocimiento histórico
(tradiciones), como, p. ej., una crónica, o no se deban a esta intencionalidad
consciente (restos), como, p. ej., unas cartas personales o un diario íntimo.
No obstante, en ocasiones las cartas o el diario íntimo se escriben con la mira
puesta en su posible publicación posterior, por lo cual se falsifica la propia
imagen en mayor o menor grado y, en consecuencia, se convierte más bien en una
tradición.
Dejando a un lado las fuentes arqueológicas, examinamos con algún detenimiento
las transmitidas oralmente y por escrito. Entre las de transmisión oral, las
atribuidas a personas determinadas, famosas o no, han sido con frecuencia
puestas por escrito y de esa forma han llegado hasta nosotros. Otras, no
atribuidas a nadie en particular, han tenido una transmisión oral más
importante y entre ellas podemos incluir el rumor, el mito, la leyenda, la
anécdota, el proverbio o dicho, la canción popular, etc. El rumor se distingue
de las demás formas de tradición oral en que procede del presente y a él se
refiere, por lo que es pasajero. Como se sabe, el rumor conoce especial fortuna
en los tiempos de tensión pública, especialmente si los medios de información
general no son capaces, por insuficiencia técnica propia o por las trabas impuestas
por la censura, de ofrecer informes fidedignos y suficientes. Las noticias
transmitidas mediante el rumor sufren transformaciones, especialmente en cuanto
a los números e incluso los nombres propios. La leyenda se da especialmente en
las culturas jóvenes, en las que la imaginación se expande más libremente que
el pensamiento racional. La leyenda transforma las noticias históricas para
adaptarlas a un esquema sugestivo, de acuerdo con la idiosincrasia del pueblo
que la crea, con sus predilecciones y sus aborrecimientos, con sus prejuicios,
con su mentalidad, en suma. La tarea de separar en cada leyenda lo que puede
haber de histórico, es una de las más difíciles. La canción popular, si bien
debida a un autor individual, conocido o anónimo, es recogida por _el pueblo
que, con el tiempo, la transforma. En cuanto a las anécdotas, es frecuente que
una misma se atribuya a personajes distintos.
Fuentes transmitidas por escrito. Los documentos son la expresión o
fijación de actos jurídicos entre personas particulares o entre entidades. Los
más antiguos del Oriente mesopotámico están realizados sobre cilindros de
arcilla. De la Antigüedad
se conservan también inscripciones sobre piedra y metal, sobre papiro,
pergamino, papel, etc., y su estudio ha dado lugar al nacimiento de ciencias
especializadas (Epigrafía, Papirología).
En la Edad Media,
los documentos se redactan primero en pergamino, desplazado a partir del s.
xiii, por el papel, de manera progresiva. La Diplomática (v.) se
ocupa del estudio científico de esta documentación, para cuya utilización
provechosa el historiador debe estar familiarizado con la Historia del Derecho y
los usos de la cancillería, debe conocer exactamente la escritura (v.
PALEOGRAFíA), el modo de fechar (v. CRONOLOGíA) y las formas de autentificación
(v. SIGILOGRAFíA).
A partir de 1936, ha
ido apareciendo otra serie de documentos históricos que en 1957 llegaba a los
13 vol. Muy importante y rica es la Colección de documentos inéditos del Archivo
General de la Corona
de Aragón, que comenzó a publicar en 1847 el archivero Próspero de Bofarull y
que llegó a los 41 vol. en 1910. Tanto de ésta como de la anterior colección
existen modernamente índices que facilitan su manejo. De trascendencia más
limitada son otras colecciones como los 12 vol. de Documentos para el estudio
de la Historia
de Aragón o los Documentos inéditos del Archivo General del Reino de Valencia.
Un cúmulo de documentación muy variada y abundante ha ido apareciendo en el
Memorial histórico español, publicado por la R. A. de la Historia, que en 1903 contaba ya con 43 t. En
1963, apareció el quincuagésimo, en el que junto a la publicación de fuentes se
dedica espacio preferente a los estudios monográficos.
Junto a estas colecciones indiferenciadas, son del mayor interés otras más
especializadas, como las diplomáticas de los distintos reyes. La documentación
de las instituciones eclesiásticas medievales, conservada cuidadosamente por
constituir la garantía y base jurídica de sus posesiones y privilegios, se
publica paulatinamente.
Fuentes jurídicas. Son los códigos, leyes, fueros, así como las
ordenanzas y los documentos de aplicación del Derecho. A las obras sobre
Derecho antiguo con transcripción de fuentes que hemos citado pueden añadirse
otras referentes a la
Edad Media.
Fuentes histórico-eclesiásticas. Las más
importantes para España están publicadas en las grandes colecciones citadas,
como la España Sagrada
del P. Flórez, el Viaje literario de Villanueva o la Patrología de J. P.
Migne. La colección de Concilios españoles más modernamente aparecida es la de
Vives, mientras que P. Kehr publicó numerosas bulas y documentos pontificios
dirigidos en la Edad Media
a Cataluña, Aragón y Navarra.
Exposiciones históricas. La historiografía, que nace en un medio social
relativamente avanzado culturalmente, se trata en esta Enciclopedia en su
artículo correspondiente, así como en CRÓNICA Y CRONISTA, donde se incluye el
condición.
Fuentes autobiográficas. Dentro de este campo podemos citar los diarios,
las memorias y las cartas, abundantes en las Edades Moderna y Contemporánea.